miércoles, 25 de abril de 2018

MICRORRELATOS III

PARENTESCO

En estos últimos días me estoy percatando que me estoy pareciendo a mi papá...tengo miedo.





YA VAN VARIAS VECES

Hoy me encuentro con un amigo de la universidad, nos saludamos, me invita a tomar un café, acepto; en eso me pregunta:
-¿Y qué tal tu flaco?
Yo, enojada, le replico:
-Ya van varias veces que te lo digo: no es mi flaco. El hecho de tener sexo no quiere decir que sea algo mío.




QUERIDA AMIGA

Querida amiga:

Lamento desahogarme de todo lo ocurrido en estos últimos meses exactamente con la persona que odias.

Atte.
Tu ¿amiga?





OBRA DE TRES ACTOS

Primer acto: Un chico y una chica se encuentran en Centro de Lima.
Segundo acto: Es de noche y se dirigen a una calle bien caleta.
Tercer acto: Empiezan a besarse frente a unas de las casonas.
¿Cómo se llama la obra?: Tengo unas enormes ganas de ti pero no tengo dinero para el telo.





CHISTE ENTRE AMIGOS

Hace meses que a mi amigo se le ocurrió bromear que menstrua. Ahora mismo estoy considerando seriamente en comprarle tampones para que se los coloque en el poto.













¡MIERDA!

Una pequeña introducción acerca de este cuento:

En el 2014 participé en el concurso de cuento en los Juegos Florales en la Villarreal, mis amigos me propusieron participar y acepté para probar o ver qué tal...hasta hicieron un video de la entrega del cuento (no sé si sigue o ya lo borraron) aunque en el fondo estaba emocionada hasta que un día me contaron que obtuve el primer puesto, ni yo lo creía...y aún espero la publicación del cuento.

Digamos que no es un gran cuento, pero es de las primeras producciones que escribí en mi vida universitaria, también hay otros pero mi iPad dejó de funcionar hace años dejando mis imágenes sacadas de Google y mis cuentos completos o a medio escribir. Q.E.P.D. iPad.

Dato curioso: cuando presenté el cuento, el título no tenía los signos de exclamación.

Bueno, disfruten.

Tantantantantan sonaba la alarma, mierda, ¿qué día es hoy? Ah, bueno. Con los ojos legañosos veo el iPad…AHHHH MIERDA, QUÉ LUZ, ME QUEDARÉ CIEGA, CARAJO. Es martes. Ah carajo, martes, qué cólera; con el odioso del profe ese que ni su nombre quiero decir. A huevo. Me levanto sin ganas (claro que sin ganas, pues huevona, estuviste hasta las cuatro haciendo un pinche trabajo para no sé qué curso) busco lo primero que pongo: un polo celeste, un pantalón desteñido de tanta lavadora y lejía que un día de éstos se pondrá blanco. Más blanco que miraflorino que vive cerca a Larcomar. Seis y quince. Abro mi aplicación de Spotify. Selecciono la lista “Favoritos”. Selecciono a Tove Lo y la imaginación vuela:
Shiny, happy, see my world in new colours. Tú y yo en el sur de Lima, pasando Lurín, dirigiéndonos a Asia, donde lo que nos rodea es pura arena, carretera y mar. Conduces un auto mientras yo sentada a tu costado con los pies en no me acuerdo ese nombre donde ponen los periódicos y todo eso, con lentes oscuros.
Higher, fire, fly my rocket through universe. Te miro mientras sonrío. Tu cara de conductor responsable mirando el camino mientras el viento orea tu cabello es lo que te hace sexy.
I’m up with the kites in  a dream so blue/ I live in the sky, you come live here too. Meneo la cabeza mientras el viento orea mi cabellera arruinada de tantas jaladas de pelo por el puto peine.
 I’m queen of the clouds, make my wish come true/ I sing to the night, let me sing to you. Trato de acercarme y lo logro.
Baby, listen please: I’m not on drugs, I’m not on drugs. I’m just in love. Me acerco y te beso, mi cabello se enreda en nuestras caras. Sonríes tratando de ver el camino.
 Baby, don’t you see: I’m not on drugs, I’m not on drugs. I’m just in love. Te tomo una foto con esa cámara que al instante sale la imagen, después tomo una botella de cerveza y fumo un cigarro a la vez.
 You’re high enough for me. Te susurro esa frase al oído.
Lighter, brighter, pick the biggest stars I find. Llegamos a Asia y caminamos por las calles. Yo con unas botas de vaquero marrones, short jean celeste rasgado, polo negro de tiras y encima una blusa de manga larga a cuadros de color morado; tú a mi costado con pantalones de buzo color azulino, polo azul con líneas naranja.
And I’m trip-trip-tripping in my empire state of mind. Caminamos como dos pastrulos agarrados de la mano y abrazados. Me sostienes para prevenir de no cometer una estupidez de tanto alcohol y a la vez te ríes de mi actitud.
 I’m up with the kites in  a dream so blue/ I live in the sky, you come live here too. I’m queen of the clouds, make my wish come true/ I sing to the night, let me sing to you. Giro como loca mientras ríes. Te pones cariñoso. Como efecto de cámara de 360 grados se aprecia el beso y después agarro tu mano y te llevo a un lugar.
Baby, listen please: I’m not on drugs, I’m not on drugs. I’m just in love. Baby, don’t you see: I’m not on drugs, I’m not on drugs. I’m just in love. Adivinaste: te llevé a una discoteca. Y no cualquier discoteca, sino de la que encuentras cualquier tipo que te vende drogas. Bailamos como locos, saltando con efecto de cámara lenta, teniendo un vaso de plástico grande con cerveza incluida, mientras mi cabello se entrevera en mi cara. Nos ponemos melosos y románticos. Agarras mi cintura y ya picado te me acercas para besarme, te beso.
You’re high enough for me. Vuelvo a susurrarte esa frase mientras con mis manos  te agarro la cabeza.
En la parte musical seguimos bailando. Me ofreces coca. La aspiramos. Reímos como idiotas y nos besamos.
You’re high enough for me. Efecto de cámara lenta. Vuelvo a susurrarte y me llevas afuera.
Baby, listen please: I’m not on drugs, I’m not on drugs. I’m just in love. Con botella de ron robado de la mesa del bar en mano salimos de la discoteca en plena madrugada. Estamos muy drogados. Me cargas en tu espalda mientras grito eufóricamente. Compartimos el ron hasta llegar a la playa.
Baby, don’t you see: I’m not on drugs, I’m not on drugs. I’m just in love. Me quito las botas. Sigo con la botella en la mano, me la quitas, te alejas, tomas un sorbo y lo escupes. Nos metemos al mar. ¡Mierda, qué frío! Otra vez nos ponemos románticos.
You’re high enough for me… You’re high enough for me… You’re high enough for me[1]. Nos besamos en una roca.
La música termina aquí, luego pasa Fantastic Baby[2], pero no importa. Seis y veinte. Con la flojera del mundo a cambiarse se ha dicho. Aunque siempre lo digo: no quiero ir a la universidad. Estar en su clase y sentir el peso que diga de forma agresiva que dijiste cualquier huevada. Puta timidez, puto miedo. A veces desearía no ser tímida, pero no: mis ansias enfermizas de conseguir la perfección. Ah, qué podría decir. Aún tengo en la cabeza el videoclip que me inventé y a veces me imagino estar drogados con esa canción. A veces pienso que Tove estaba drogada o borracha cuando lo escribió, o lo relaciona con las drogas…no sé. Sólo sé que escuchar las canciones de Tove me da ganas de drogarme, pero no puedo por algo llamado conciencia. Seis y treinta y cinco. Agarro mi maleta con dibujo Emo, el libro verde subrayado con todos los colores de mi caja Faber Castell. Bajo las escaleras. “Hola hija” “Hola pa’”. Sigo bajando, llego a la sala. Dejo la mochila en una silla y el libro en la mesa. Voy al baño. Aleluya, está vacío. Entro y hago necesidades. Lavadita de manos y de dientes. Salgo. Mi madre despeinada aparece. “Hola mija” “Hola ma’”. Voy a la sala. Agarro el peine con pelos incluidos y jalo el cabello. Auch, mierda, duele un infierno. Dejo el peine listo…ay chu’, los lentes. Subo a mi cuarto. Los lentes están sobre mi cama. Los agarro y me los pongo. Voy a la sala. Seis y cincuenta y uno. Aún hay tiempo. Arreglo algunas cosas. Agarro un Cifrut de naraja y una galleta de soda. Seis y cincuenta y nueve. “Chau mamá” “Chau mija”. Salgo de la casa. Camino hasta el portón de la quinta. Camino hasta la esquina sin antes encontrarme dos pastrulos harapientos con olor a orina de perro con su marihuana en mano. Lo huelo. ¡Puaj! Huele horrible. ¿Cómo les puede gustar una mierda tan fuerte! Ahora ya entiendo porque dicen que es adictiva. Seguro ese olor a detergente quemado es lo que quema las neuronas. ¿Acaso eso está hecho de detergente? Solo eso sabe el huevón que vende ketes cerca de mi casa. Hablando de ese hijo de puta… Según tengo entendido, está preso. Aún recuerdo ese momento: eran las vacaciones. Estaba estudiando para  mi examen final de inglés. Justo era día de paro. A Villarán se le ocurrió la brillante idea de hacer buses sólo para la ruta de la Arequipa, y los choferes se les ocurre hacer un paro. ¿Acaso no piensan en los pasajeros esos cojudos? ¿Qué ganan con subir los precios en esos días? ¿Acaso algún día la alcaldía les hará caso? Puta, de sólo pensarlo me dan ganas de ser contratada por una agencia secreta y en esos casos ser una sicaria francotiradora. Lo que sea con tal que no arruinen mi día, pero a huevo: estamos en Perú. ¿Qué podría esperar de este pedazo de país?
Bueno, siguiendo con mi relato: estaba estudiando de lo más tranquila hasta que oigo gente correr. Pánico por todos lados. Rompen una casa. Gente gritando y niños de diez años maldiciendo. Yo a esa edad con la justas sabía decir imbécil. Llegó la paz. Más tarde me enteraría que atraparon al vecino y a su esposa. ¿Justicia? Tal vez. Sólo quería que esa familia de lacras se fuera porque si ellos están, mi tranquilidad se vería afectada. Sonará muy egoísta, pero es la verdad. Lo que quiero es paz, no escuchar balacera en la tarde o ver cómo de forma disimulada venden los ketes en la oscuridad de la noche, aunque para ser sincera no es tan disimulada porque si yo lo pude ver...
Me dirijo hacia Buenos Aires a tomar la combi. El pasaje medio es de 1.20 o 1.30. ¿Qué les pasa? ¿Acaso no respetan la ley? ¿O debo de leer la ley? Bueno, al menos la cumplen, no como los cargosos de la Venezuela[3] que desde un inicio ya dicen que no cobran medio pasaje, y como pendeja con querer llegar temprano a casa te queda pagar. Sigo pensando en mi videoclip mental. El imaginarnos drogados me distrae del mundo terrenal. Seríamos como Sid y Nancy. Quitemos lo del bajista punk y su grupie e intercambiemos por un matemático-aun cuando estudie otra cosa, el decidió mate-sanmarquino, y una futura-no quiero ser egocéntrica (lo estás haciendo ahora…idiota) escritora-villarrealina. ¿Suena muy estúpido? Sí, pero es lo único que podría decir. O, qué tal, una Emo que escucha Alesana y un rasta que de eso no tiene nada. Sólo en la academia se hizo unas trenzas. Con hacerse esas clásicas trenzas no te hacen rasta, papito. Eso es lo que me dio cólera. Más parecía rapero del Bronx que rasta. Pero dejando de lado las etiquetas, lo que nos uniría sería la droga, como a Sid y a Nancy. ¿Qué droga sería?..Llegué a Buenos Aires. ¡Aleluya! Aparece una combi de las que cobran 1.20 medio pasaje, felizmente. Entro. Busco un sitio de un asiento. ¡Mierda! Una treintañera ocupó ese lugar. Pinche puta. Ya la odio. Agg, no queda de otra: a sentarse en un asiento de dos. El chofer pone baladas. Romeo Santos con su Propuesta indecente se escucha por la combi. Otro videoclip mental:
Ahí estamos tú y yo. Tú, todo elegante; yo, con un vestido corto de gala. Me seduces y caigo en tus redes. Al final lo hacemos. Maldición, ahora que lo recuerdo…una vez casi lo hicimos. Bueno, no casi. En realidad, nada. Sólo nos tocamos. Después de eso seguía con las ganas. Ya quiero que un día me digas para volver a tu casa y volver a hacerlo esta vez bien. Sentir tus manos en mi piel. A pesar que fue un desastre esa vez y con las justas me excité (de que lo hiciste bien; lo hiciste. El problema fue que no fui bien estimulada). Ahora ya entiendo que porqué hacer el amor es un arte (bueno, así lo oí, o leí). Combinando lo rústico, masculino y rudo de un hombre, y la delicadeza, feminidad y delicadeza de una mujer da un bello contraste. No pude evitar sonreír. Ojalá seas de esos que envía mensajes a sus enamoradas diciendo “Hola amor, ¿qué tal tu día?” o “Te quiero mucho. ¡Qué te vaya bien hoy día!”. Pero como tuve que volver con el tipo más frívolo de la tierra…me conformo con eso. ¿Qué hizo que me sintiera atraída hacia ti? ¿Tus labios? ¿La forma en que me besas? ¿Cómo usas ese tono de voz para excitarme? ¿Cómo me tocas? A veces pienso que fue una mala idea volver contigo. No me mandas mensajes, temo que me engañes, temo que ya no sientas lo mismo. Quiero estar en tu cama desnuda a tu lado y hacerte prometer que nunca me dejarás sola. Que no me hagas sufrir otra vez. Que no te vuelva a odiar. Que no me hagas sentir incompleta, porque para ser sincera me haces mucha falta. Te extraño, huevón. Así de simple. Si quería un pendejo romántico ya estaría con ese huevón de quinto. El que se excita con sólo tocarme las manos, aún cuando lo que pasaba por mi mente era que el tipo me follara rico, pero no: seguía pensando en ti, y a la oportunidad aproveché en aceptar tu floro barato que me dijiste en facebook sólo porque seguía ilusionada de ti. No es fácil quitarte de mi mente, huevón. Hubiera estado con ese idiota de quinto, pero ¿sabes cuál fue el problema? Era muy mayor para mí. Se sentiría muy incómodo. Colonial con Faucett. La gente baja (ya era hora). Vuelve a subir gente. Se llena. El idiota del cobrador con las pocas neuronas que tiene trata de buscar espacio en el vehículo. A veces dan ganas de decirle idiota en su cara, pero me contengo para no tener cualquier bronca. La combi avanza. Ah cielos, me vino el sueño. Quiero dormir pero no puedo. ¡A la mierda! A soñar despierta. Colonial con Universitaria. A bajar gente. Sigo soñando despierta. Siguen sonando baladas. Sigo pensando en tener sexo contigo. Sigo pensando en no encontrarme con dos cabrones de la universidad. Unos hijos de su madre que se pasan de conchudos (bueno, sólo uno). Mierda, si lo veo y me jode, rompo mi promesa de no volver a pegarlo. Colonial con Mirones. Baja la gente. Un anciano con bolsita en mano se aparece. Hablando de ancianos, me acuerdo una vez que se subió uno a la combi y lo más raro fue que sus orejas la tenían de pelo. ¡Qué asco! No dejaba de mirar disimuladamente esa bola de pelos en las orejas. ¡Puaj! Las baladas siguen sonando. Ahora lo que me rodea la mente es un cuarto de ladrillos, una cama de colchón doble, típica colcha de telo de diez soles, ropa tirada y un bulto sobresaliendo de la cama. Ya lo adivinaste: somos nosotros. Sí, volver a pensar en eso. Siempre he pensado en eso. Colonial con Naciones Unidas. Una última chequeadita al libro ese. Sí sí, Platón…bla bla bla…mímesis…bla bla bla…sociedad perfecta…bla bla bla. A ordenar todo. Otra vez a soñar despierta. El chofer cambia las baladas por reggaetón. Justo pasa ese show que me gusta. Si bueno, a pesar que pasen reggaetón y todo eso y los temas de conversación sean comunes (el ex, la farándula, etc.), distrae un poco de la rutina. Veo a alguien con el Trome. Otra vez Guty y su pene photoshopeado en la portada. Ta mare’ ya basta. Si ya se sabe que mintió sobre la longitud del pene, pero ya, please, ya me llega. Miro a la ventana, veo los edificios. Colonial con Cárcamo, ya casi llego. Saco el celular para ver la hora; siete y cuarenta y cinco. Qué bien, tengo tiempo. Esta vez Romeo Santos canta diciendo Eres mía. Otra imaginación. Ahora como pendeja me creo que esa canción me lo dirías un día de éstos. Pinche negro con sus canciones repetitivas. Ah, la vida es injusta. Colonial una cuadra antes de Dos de Mayo. “Último paradero”. Baja la gente. Bajo de la combi mientras veo que se dirige para otra dirección. Maldito tráfico. A caminar se ha dicho. Veo alrededor. Autos por todos lados. Maldita sea. Me dirijo a Colmena. Camino la avenida mientras sigues en mi mente. ¿Qué puedo decir? Siempre pienso en ti. Me dormiré despierta en clases pensando en ti. Siempre lo he hecho desde que apareciste a mi vida. Mierda, eso sonó muy cursi…me llega. Colmena con Cañete. Cruzo la pista. Saco el carné universitario. Llego a la puerta y le muestro al guachimán. Entro. Veo que la puerta esté abierta. ¡Dios, existes! Veo la hora. Siete y cincuenta y seis. Subo las escaleras. Voy al salón. Entro. Vacío. Un segundo después: “Hola” “Hola”. Otro segundo. “Hola” “Hola” “Hola”. Siete y cincuenta y nueve. Aun no llega el desgraciado. A sacar el celular y los audífonos. A escuchar. Ocho y cuatro. “Buenos días”. Se oye una voz grave. Mierda, si Snape sería mi profe mejor me hubiese quitado de artes oscuras. La gente voltea. “Buenos días”. Camina todo campante. “Una fila adelante”. A ordenar sillas. Entran otros segundos después del profe. Los deja. Milagro de la vida. Me siento. Abro el libro. “¿Hoy qué tema nos toca?” “********, profe”. La delegada dijo eso. “Bien, ¿qué pueden decirme sobre el capítulo?”. Se oye una voz masculina. “Lo que el capítulo dice…”. La imaginación vuela. Dejo de lado a los filósofos griegos para centrarme en mis pensamientos. Hola, de nuevo. Esta vez nadie nos va a interrumpir.
Un parque. Yo adelante mientras te agarro la mano, por un lado está la pista mientras por el otro el área verde. Sí, estamos en Miraflores. Pasamos por un parque. Descansamos. Estamos echados en el pasto. El viento orea mi cabello. Cierro los ojos. “Te quiero mucho”. Sonríes. Nos quedamos echados en el pasto hasta las diez y media.



[1] Canción: Not on drugs. Cantante: Tove Lo. País: Suecia. EP: Truth Serum. Año: 2014
[2] Artista: Big Bang. País: Corea del Sur.
[3] Nombre que le dan a la combi que va Callao-Lima por la Av. Venezuela.

lunes, 23 de abril de 2018

PEQUEÑA NIÑA DE LOS BRAZOS SANGRANTES

La pequeña niña se dirige a la universidad con una sonrisa en el rostro dejando ver sin vergüenza sus brazos sangrantes, coaguladas, con pus alrededor de las venas cortadas y señales de putrefacto sin embargo no despiden el característico olor a piel muerta por la gangrena.

Pero ocurre algo curioso de todo esto: nadie nota los brazos de la dulce niña de los brazos sangrantes, la saludan, conversan con normalidad, como si dichos defectos asquerosos no existieran, como si hicieran de la vista gorda y es cierto porque solo la niña es capaz de verlos pero los ignora como los problemas que tiene día a día para evitar pensar en ellos ya que sus brazos comenzaron a sangrar el día que sintió la desesperación y el estrés, no se sabe de qué pero desde ahí sus brazos se convirtieron en lo que es ahora y nadie la puede ayudar porque ella no quiere ser ayudada.


BLACK GIRL

I

Black girl era, como todos los demás chicos y chicas de colores, una persona normal, sin embargo lo que le caracteriza de otros colores es que es callada o de pocas palabras, aun así podía vivir con total normalidad, pero un día ella-como todas las veces-tocó su corazón y de la nada se raja dejando una grieta pequeña, nada preocupante, por ahora.


II

Los días pasan y el corazón de Black girl sigue agrietándose, mira y observa a otras personas y ve que sus corazones no tienen ninguna línea zigzagueada; todos tenían los corazones normales. Al sentirse atemorizada por su corazón agrietado decidió callar hasta que llegó el día: el corazón se rompió.


III

Black girl carga su corazón roto, se siente vacía, perdida. Las demás entes de arcoiris miran a Black girl con rareza, susurrando su falta de corazón e ignorándola...inclusive sus amigos y amigas le dieron la espalda. Hasta que se encuentra con White boy. White boy es el amigo de esta chica vacía...conversan, él la ve y con los trozos del corazón rotos trata de reconstruirlo. Lo logra, pero a los minutos dichos trozos se volvieron cenizas.


IV

"Anda a las afueras de la ciudad, ahí se halla un círculo de rocas donde encontrarás un nuevo corazón. Hay varios para escoger". Haciendo caso a las palabras de su amigo decide aventurarse a la búsqueda de un nuevo corazón. El camino es largo haciendo que sus temores y la sensación de estar perdida aumenten ocasionando que el miedo y la desesperación sus peores compañeras llenándoles de pensamientos negativos...incluyendo el suicidio.


V

Varios días de deambular en las afueras de la ciudad y con los pensamientos de desesperación y muerte se encuentra el círculo que le comentó su amigo blanco. Al colocarse en el centro del círculo observa que aparecen pilares con cada corazón de distintas formas y colores: algunos tienen el clásico color rojo pero de diferentes tonalidades-uno instenso con latidos veloces, otro color sangre, uno atravesado por tres flechas y otro de un rojo más pálido-, un corazón envuelto en llamas, uno enorme de oro que ni una persona podría usarlo, un azul como el mar hallado en las playas de la ciudad, uno negro marchito como una flor y uno verde lleno de materia sebácea despidiendo un olor fétido. En cada corazón  se lee la advertencia "ELIGE UNO".


VI

Y así, pasando las horas, rechaza las ofertas que la naturaleza le brinda, alegando que nadie la puede salvar de su triste vacío, ni siquiera el corazón fétido. Supuestamente se diría en estas situaciones que por arte de magia vendría alguien y le diera un nuevo corazón, pero en este caso la historia no es como los cuentos de hadas: Black girl decide dejar aquel lugar y regresar a la ciudad con el pecho sin corazón pero mintiéndole a las personas que recupero su corazón sin embargo dentro de sí se siente sola y perdida ante la multitud de colores que no conocen su historia de desesperanza.