Cuarto rojo sexual,
dos sombras en la pared tratando de ser una.
Labios agrietados buscando agua humana y espumosa,
senos sexualizados y no sexualizados rozando,
el sudor se combina esparciendo olores corporales de dos amantes que no se bañan;
pasando desapercibido.
Labios absorbiendo leche imaginaria de la futura no-madre,
eterna menstruante,
paredes vaginales latiendo,
alistando moco cervical;
pene intentando traspasar la tela azul,
pidiendo emanciparse a gritos.
Dos amantes de aquellos años mozos juntándose
olvidando sus penas con el otro:
olvidando que papá poco a poco la Santa Muerte,
¡Oh, Bendita Muerte!,
lo llama,
la idea de quemar casas
y mandar mensajes de amenazas
como aquellos vecinos pirañas,
la korrupción de la gente,
el puto gobierno y su burocracia:
Dos amantes se olvidan que viven en esta mierda llamada Perú.
Actualmente soy egresada de la carrera de Literatura, tengo afinidad hacia la escritura creativa, principalmente a relatos y narrativas de tipo intimista. Entre mis inspiraciones está la narrativa de Carmen Ollé y las poesías de Rocío Silva Santisteban en cuanto a temática. Interesada en el feminismo. Fan del anime, principalmente del género Slice of life, algunas solistas de pop alternativo y Kpop.
miércoles, 28 de noviembre de 2018
domingo, 12 de agosto de 2018
¿QUÉ ES AMISTAD?
-Ya van seis años desde que te conozco...wow.
Sorprendida lo digo porque nunca he sido de esas personas que crean vínculos sociales duraderos, o eso he averiguado entre mis tantos días de introspección en la comodidad de mi cuarto, recordando aquellas amistades y/o relaciones que he tenido en toda mi vida. Y todas mis relaciones interpersonales siguen el mismo patrón: felices como amigos, lo o la dejo de ver por un largo tiempo y cuando lo o la vuelvo a ver las cosas cambiaron tanto que me hace sentir incómoda o me comporto como una completa extraña, en estos casos o me voy o vuelvo a entrar en confianza.
Creo que pocas veces he tenido relaciones duraderas. Esta, mi amistad con Danae, una chica de la universidad quien de casualidad nos volvimos amigas, de gustos distintos en cuanto a música (Danae es más subte), bueno en todo somos distintas pero en poco tiempo que la conozco llegamos a una confianza...no sé cómo explicarlo pero que pareciéramos mejores amigas, aunque creo que es muy apresurado afirmar eso y lo digo porque ya caí en ese error de llamar a alguien "mejor amigo": o no es correspondido o lo arruino. Arruinar...espero que Eduardo me perdone por ser una mala mejor amiga. Desearía tenerlo frente a mi y disculparme por lo que le hice, no ha sido mi intención pero seguro que gracias a eso la amistad que construimos se fue al carajo; he sido una tonta.
Mi amigo, Fabián, me despierta de mi hundimiento emocional, de caer de nuevo en la desesperación y a un posible cuadro de ansiedad. Vuelvo a recordar lo que está pasando: nos encontramos en Dos de Mayo, son las seis y media y decidimos conversar. Ahora mismo estamos caminando por Alfonso Ugarte, por la cuadra de puras farmacias y restaurantes de pollos a la brasa o chifas con sus letreros chillones color amarillo o rojo, cada local con su respectiva pancarta de los precios a la vista de los caminantes que recién salen de trabajar para regresar a casa llenando las veredas y estaciones de Metropolitano y las luces de los semáforos y los postes transformándola en la Lima congestionada que narran en las novelas de los últimos años.
Seguimos caminando por Alfonso Ugarte hasta Metro, luego volteamos en dirección al oeste, para ir a Wilson y de ahí al Real Plaza, ya que Fabián se dignó a invitarme comida. Mientras esperamos a que el semáforo cambie de luz para cruzar vuelve a mí mis recuerdos de mis amistades, incluyendo a Fabián, un caso extraño. Éramos enamorados, extraños, amigos, volviendo a ser extraños. Es una de esas personas que no sé porqué les sigo hablando pero sigue ahí. Ah no, ya me acordé: es muy insistente para algo, desde que lo conozco siempre ha sido así, pero al igual que yo no es de entablar lazos interpersonales, ¿tal vez por eso seguimos entablando conversación? Usando el concepto matemático básico de los signos, dos iguales (ya sean positivos o negativos) el resultado es positivo.
-Sí, ha pasado mucho tiempo.
-¿Y recién me respondes? ¡Qué lento!-Sí claro, siguiendo con la regla matemática somos dos signos que resultan ser algo bueno, lo mismo pasó con Eduardo, pero ¿y Danae? Ambas somos completamente distintas aunque pensándolo bien tenemos nuestras cosas en común: a Danae le gusta la poesía y estando con ella hizo que me interesara, a ambas nos gusta ir a exhibiciones de arte o al teatro y nos divertimos "castrando" a los hombres. Ahora que lo pienso mejor, dicha regla matemática se aplica para todas las relaciones de amistad, en mi caso claro está. Danae...¿qué será de ella? Creo que se fue de viaje a otro país. Debería llamarla o ver si me dejó algún whatsapp...
-¿Y qué quieres comer?
Sin darme cuenta llegamos al centro comercial; gajes de la introspección. Todo un clásico, con riesgo de morir atropellada por un corredor azul. Fabián avanza en dirección al patio de comidas, le sigo. Está repleto de varias filas de personas, es normal en estas horas. Entre todas las opciones elegimos ir al puesto de Bembos e hicimos la respectiva cola. Mientras esperamos me abraza la cintura y lo abrazo por el cuello, fingiendo de nuevo ser una pareja, quizás en el fondo aún sintamos lo mismo de hace años o sería mi soledad quien habla por mí; ya lo ha hecho antes y salí mal de la situación. Oigo que nos atienden, veo que es una chica usando su uniforme de trabajo detrás de la caja, dejo que Fabián pida y saco mi celular, lo enciendo, activo los datos, espero unos tres minutos para que cargue y entre notificaciones de Facebook, Twitter, Instagram y correo recibí un mensaje de Whatsapp, entro a la aplicación y sonrío al ver que es de Danae, abro el chat y leo que me cuenta lo que hizo hoy, pienso lo feliz que estoy por ella y a la vez le tengo una envidia de la buena, así que le respondí el mensaje. Extraño a mi compinche castradora y con ella mi último año de universidad...y volvieron los malos recuerdos. La imagen de Eduardo decepcionado vuelve a mí.
-¿Querías una Royal?
-Ajá. ¡No me digas que pediste otra cosa!
-No.
Fabián se coloca a mi costado esperando que lo llamen por el micrófono entre las familias, amigos de trabajo, algunas personas solitarias y parejas con su boletas en mano, sigo al pendiente de mi celular. Dudo que ella me responda al toque, no es su estilo, prefiere ser misteriosa. Después de tantas llamadas para recoger los pedidos de otras personas, la chica de caja llama a Fabián, se acerca y al instante recibo la respuesta de Danae: también dice que me extraña. Sonrío y no pude evitar enviarle un corazón. La extraño un buen.
Fabián se me acerca con la bandeja con las dos Royals más papas fritas, gaseosas y los envases de cremas vacías. Agarro los envases, le digo que busque un sitio mientras lleno las cremas, le pregunto cuáles quiere, me dice que mayonesa, ají y ketchup, nos separamos y me dirijo donde las cremas para llenar los envases. Oigo que mi celular vibra pero lo dejo para después, con las cremas en manos busco a mi amigo con la mirada y lo encuentro al fondo casi por las escaleras eléctricas. Camino hacia la mesa, levanta su brazo para guiarme, lo encuentro, le doy las cremas, me siento, saco mi celular de mis pantalones, leo el mensaje y sonrío.
-¿Y esa sonrisa?
-Es de una amiga.
-¿Tenías amigos?
-Sí fíjate.-Sorna.-Tú, por ejemplo. Van seis años que te conozco y aún me sigo preguntando por qué te soporto.
Sorprendida lo digo porque nunca he sido de esas personas que crean vínculos sociales duraderos, o eso he averiguado entre mis tantos días de introspección en la comodidad de mi cuarto, recordando aquellas amistades y/o relaciones que he tenido en toda mi vida. Y todas mis relaciones interpersonales siguen el mismo patrón: felices como amigos, lo o la dejo de ver por un largo tiempo y cuando lo o la vuelvo a ver las cosas cambiaron tanto que me hace sentir incómoda o me comporto como una completa extraña, en estos casos o me voy o vuelvo a entrar en confianza.
Creo que pocas veces he tenido relaciones duraderas. Esta, mi amistad con Danae, una chica de la universidad quien de casualidad nos volvimos amigas, de gustos distintos en cuanto a música (Danae es más subte), bueno en todo somos distintas pero en poco tiempo que la conozco llegamos a una confianza...no sé cómo explicarlo pero que pareciéramos mejores amigas, aunque creo que es muy apresurado afirmar eso y lo digo porque ya caí en ese error de llamar a alguien "mejor amigo": o no es correspondido o lo arruino. Arruinar...espero que Eduardo me perdone por ser una mala mejor amiga. Desearía tenerlo frente a mi y disculparme por lo que le hice, no ha sido mi intención pero seguro que gracias a eso la amistad que construimos se fue al carajo; he sido una tonta.
Mi amigo, Fabián, me despierta de mi hundimiento emocional, de caer de nuevo en la desesperación y a un posible cuadro de ansiedad. Vuelvo a recordar lo que está pasando: nos encontramos en Dos de Mayo, son las seis y media y decidimos conversar. Ahora mismo estamos caminando por Alfonso Ugarte, por la cuadra de puras farmacias y restaurantes de pollos a la brasa o chifas con sus letreros chillones color amarillo o rojo, cada local con su respectiva pancarta de los precios a la vista de los caminantes que recién salen de trabajar para regresar a casa llenando las veredas y estaciones de Metropolitano y las luces de los semáforos y los postes transformándola en la Lima congestionada que narran en las novelas de los últimos años.
Seguimos caminando por Alfonso Ugarte hasta Metro, luego volteamos en dirección al oeste, para ir a Wilson y de ahí al Real Plaza, ya que Fabián se dignó a invitarme comida. Mientras esperamos a que el semáforo cambie de luz para cruzar vuelve a mí mis recuerdos de mis amistades, incluyendo a Fabián, un caso extraño. Éramos enamorados, extraños, amigos, volviendo a ser extraños. Es una de esas personas que no sé porqué les sigo hablando pero sigue ahí. Ah no, ya me acordé: es muy insistente para algo, desde que lo conozco siempre ha sido así, pero al igual que yo no es de entablar lazos interpersonales, ¿tal vez por eso seguimos entablando conversación? Usando el concepto matemático básico de los signos, dos iguales (ya sean positivos o negativos) el resultado es positivo.
-Sí, ha pasado mucho tiempo.
-¿Y recién me respondes? ¡Qué lento!-Sí claro, siguiendo con la regla matemática somos dos signos que resultan ser algo bueno, lo mismo pasó con Eduardo, pero ¿y Danae? Ambas somos completamente distintas aunque pensándolo bien tenemos nuestras cosas en común: a Danae le gusta la poesía y estando con ella hizo que me interesara, a ambas nos gusta ir a exhibiciones de arte o al teatro y nos divertimos "castrando" a los hombres. Ahora que lo pienso mejor, dicha regla matemática se aplica para todas las relaciones de amistad, en mi caso claro está. Danae...¿qué será de ella? Creo que se fue de viaje a otro país. Debería llamarla o ver si me dejó algún whatsapp...
-¿Y qué quieres comer?
Sin darme cuenta llegamos al centro comercial; gajes de la introspección. Todo un clásico, con riesgo de morir atropellada por un corredor azul. Fabián avanza en dirección al patio de comidas, le sigo. Está repleto de varias filas de personas, es normal en estas horas. Entre todas las opciones elegimos ir al puesto de Bembos e hicimos la respectiva cola. Mientras esperamos me abraza la cintura y lo abrazo por el cuello, fingiendo de nuevo ser una pareja, quizás en el fondo aún sintamos lo mismo de hace años o sería mi soledad quien habla por mí; ya lo ha hecho antes y salí mal de la situación. Oigo que nos atienden, veo que es una chica usando su uniforme de trabajo detrás de la caja, dejo que Fabián pida y saco mi celular, lo enciendo, activo los datos, espero unos tres minutos para que cargue y entre notificaciones de Facebook, Twitter, Instagram y correo recibí un mensaje de Whatsapp, entro a la aplicación y sonrío al ver que es de Danae, abro el chat y leo que me cuenta lo que hizo hoy, pienso lo feliz que estoy por ella y a la vez le tengo una envidia de la buena, así que le respondí el mensaje. Extraño a mi compinche castradora y con ella mi último año de universidad...y volvieron los malos recuerdos. La imagen de Eduardo decepcionado vuelve a mí.
-¿Querías una Royal?
-Ajá. ¡No me digas que pediste otra cosa!
-No.
Fabián se coloca a mi costado esperando que lo llamen por el micrófono entre las familias, amigos de trabajo, algunas personas solitarias y parejas con su boletas en mano, sigo al pendiente de mi celular. Dudo que ella me responda al toque, no es su estilo, prefiere ser misteriosa. Después de tantas llamadas para recoger los pedidos de otras personas, la chica de caja llama a Fabián, se acerca y al instante recibo la respuesta de Danae: también dice que me extraña. Sonrío y no pude evitar enviarle un corazón. La extraño un buen.
Fabián se me acerca con la bandeja con las dos Royals más papas fritas, gaseosas y los envases de cremas vacías. Agarro los envases, le digo que busque un sitio mientras lleno las cremas, le pregunto cuáles quiere, me dice que mayonesa, ají y ketchup, nos separamos y me dirijo donde las cremas para llenar los envases. Oigo que mi celular vibra pero lo dejo para después, con las cremas en manos busco a mi amigo con la mirada y lo encuentro al fondo casi por las escaleras eléctricas. Camino hacia la mesa, levanta su brazo para guiarme, lo encuentro, le doy las cremas, me siento, saco mi celular de mis pantalones, leo el mensaje y sonrío.
-¿Y esa sonrisa?
-Es de una amiga.
-¿Tenías amigos?
-Sí fíjate.-Sorna.-Tú, por ejemplo. Van seis años que te conozco y aún me sigo preguntando por qué te soporto.
miércoles, 13 de junio de 2018
PARA ACLARAR
Ya que en algunas entradas he puesto la etiqueta "desesperación" quiero aclarar que es el tema de la entrada-es decir, como ansiedad o esa sensación de no poder solucionar las cosas-, no que esté desesperada por escribir.
Espero que se entienda si es que hubo confusión.
Espero que se entienda si es que hubo confusión.
jueves, 17 de mayo de 2018
MICRORRELATOS IV
INTROSPECCIÓN
Soy una persona tóxica.
CATACLISMO
"Si sigues así te volverás como tu padre".
Creo que lo último de cordura se acaba de romper. Querido amigo: disfruta el caos.
SUEÑO
El cuerpo de una joven imitando la muerte de Sylvia Plath teniendo de fondo a los padres aterrorizados.
¿ES ESTO VIOLENCIA?
¿Debería perdonar? ¿Debería aguantarlo? Digo porque lo tengo abrazado detrás mío, como que quiere que lo comprenda.
SOLA
Conozco a alguien, nos hacemos amigos y como toda vida social es efímera dejamos de serlo. Creo que hay algo dentro de mí que me impide tener relaciones fuertes; digo porque así perdí gente que me agrada.
AUTODESTRUCCIÓN
-Mira flaco, si quisiera joderme en una relación tóxica saldría con alguien como el Beto, porque para eso sirve él si sigue con esa actitud.
Se lo dije a mi amigo, en uno de esos paseos debajo de los cielos grises de Centro de Lima.
VIDA, MUERTE Y RESURRECCIÓN
Una pequeña niña escucha que el matrimonio es horrible a pesar que todo era broma, pero como dicen que de broma en broma hay cierta parte de verdad lo tomó como una verdad absoluta. Casi cae en la tentación pero felizmente abrió los ojos.
DIÁLOGO
PADRE – HIJA
PADRE: Hola hija
HIJA (Concentrada en la laptop):
Hola
PADRE (Saca dinero): Esto es tu
pasaje
HIJA (Extiende la mano recibiendo
el dinero): Gracias
El PADRE deja el escenario
dejando a la HIJA
SOLITARIA
Tendré amigos, me llevo bien con
ellos, me río con ellos, hueveo con ellos, pero aún me siento sola.
COSTUMBRE
Una joven camina por las calles, pasa frente a una iglesia, ve una pareja recién casada salir del recinto, se persigna pidiendo a Dios que libere a aquellas pobres almas que no saben lo que hacen.
lunes, 7 de mayo de 2018
FANTASÍA / RECUERDO
Han pasado dos semanas desde la última vez que te vi. el solo recuerdo de aquellas tres horas invaden mis pensamientos: Perú jugaba un partido en eliminatorias. Era de noche, estuvimos en un cuarto de hostal de los tantos que hay-a la vista u ocultos-en Centro de Lima a oscuras, con la TV y la ventana proporcionándonos luz; parecía el contexto de un poema.
Tu cuerpo tembloroso de los nervios, tus latidos que se oían por las habitaciones contiguas y tus gritos de enojo que me recuerdan a mi padre; estabas concentrado; te ignoraba.
Tu cuerpo tembloroso de los nervios, tus latidos que se oían por las habitaciones contiguas y tus gritos de enojo que me recuerdan a mi padre; estabas concentrado; te ignoraba.
Los rememoro mientras el bus pasa por la Costanera, ver el mar limeño, bravo y sucio por unos instantes me remite tranquilidad, la misma tranquilidad que me diste antes de comenzar aquel juego erótico. Miro la ventana: árboles, edificios, letreros de cables, otros vehículos. Varias imágenes citadinas pasan por mis ojos para después sumirme en mis pensamientos, como un sueño.
Soy tuya/soy tuyo. Las frases resuenan en mi cabeza, siento cosquillas en la pubis: es excitación, me digo. El bus pasa por Pardo, el cosquilleo incrementa. Eres mía/eres mío. Discretamente rozo mis muslos entre sí, la mochila oculta el acto masturbatorio (o lo que creo que hago). Diferentes escenas sueltas aparecen: me ahorcas con suavidad mientras repites "Eres mía, no le perteneces a nadie". Asiento con la cabeza. "Tu cuerpo es mío, me pertenece". Repito las mismas palabras que me dijiste. Omites mi sufrimiento: mi rostro de miedo, bajas mi pantalón con rapidez, muevo los muslos en el asiento del bus, me jalas hacia ti, miro los edificios, más bien, rascacielos, siento tu miembro viril en mis paredes vaginales: gimo de placer/gimo internamente, me observo y te observo en el espejo: tus caderas, tus piernas, tus nalgas, mis senos, mi barriga, mis estrías en los muslos, mis cabellos alborotados y mis ojos placenteros.
"Más fuerte, más fuerte", "Más profundo", "Lo quiero adentro". "¿Te gusta?" Nalgada. Quiero que ahora mismo estés en este bus. "Mi perrita", "Eres mía". "Soy tuya", "Tuya y de nadie más". Los rascacielos y los restaurantes aparecen ante mis ojos reflejados en la ventana: estoy roja. Más embestidas, besos frenéticos y salvajes, abrazos instantáneos, tu cara/mi cara extasiada, roja sangre. Pausa. Sales, veo mi paradero, te sacas el preservativo, me levanto del asiento, la gente de las habitaciones contiguas nos oyeron, nadie me vio, te acomodas/me acomodo a mi/tu lado entre las sábanas alborotadas. "Óvalo baja", besos dulces, bajo del bus, extiendo mi cuerpo, camino al edificio, me miras/te miro, toco el timbre, más besos tiernos. "Hola". "Hola jefe". Entro.
Etiquetas:
Amor,
Ficción,
Narrativa,
Relato,
Sexualidad
jueves, 3 de mayo de 2018
CATARSIS
Lo siento.
miércoles, 25 de abril de 2018
MICRORRELATOS III
PARENTESCO
En estos últimos días me estoy percatando que me estoy pareciendo a mi papá...tengo miedo.
YA VAN VARIAS VECES
Hoy me encuentro con un amigo de la universidad, nos saludamos, me invita a tomar un café, acepto; en eso me pregunta:
-¿Y qué tal tu flaco?
Yo, enojada, le replico:
-Ya van varias veces que te lo digo: no es mi flaco. El hecho de tener sexo no quiere decir que sea algo mío.
QUERIDA AMIGA
Querida amiga:
Lamento desahogarme de todo lo ocurrido en estos últimos meses exactamente con la persona que odias.
Atte.
Tu ¿amiga?
OBRA DE TRES ACTOS
Primer acto: Un chico y una chica se encuentran en Centro de Lima.
Segundo acto: Es de noche y se dirigen a una calle bien caleta.
Tercer acto: Empiezan a besarse frente a unas de las casonas.
¿Cómo se llama la obra?: Tengo unas enormes ganas de ti pero no tengo dinero para el telo.
CHISTE ENTRE AMIGOS
Hace meses que a mi amigo se le ocurrió bromear que menstrua. Ahora mismo estoy considerando seriamente en comprarle tampones para que se los coloque en el poto.
¡MIERDA!
Una pequeña introducción acerca de este cuento:
En el 2014 participé en el concurso de cuento en los Juegos Florales en la Villarreal, mis amigos me propusieron participar y acepté para probar o ver qué tal...hasta hicieron un video de la entrega del cuento (no sé si sigue o ya lo borraron) aunque en el fondo estaba emocionada hasta que un día me contaron que obtuve el primer puesto, ni yo lo creía...y aún espero la publicación del cuento.
Digamos que no es un gran cuento, pero es de las primeras producciones que escribí en mi vida universitaria, también hay otros pero mi iPad dejó de funcionar hace años dejando mis imágenes sacadas de Google y mis cuentos completos o a medio escribir. Q.E.P.D. iPad.
Dato curioso: cuando presenté el cuento, el título no tenía los signos de exclamación.
Bueno, disfruten.
Tantantantantan
sonaba la alarma, mierda, ¿qué día es hoy? Ah, bueno. Con los ojos legañosos
veo el iPad…AHHHH MIERDA, QUÉ LUZ, ME QUEDARÉ CIEGA, CARAJO. Es martes. Ah
carajo, martes, qué cólera; con el odioso del profe ese que ni su nombre quiero
decir. A huevo. Me levanto sin ganas (claro que sin ganas, pues huevona,
estuviste hasta las cuatro haciendo un pinche trabajo para no sé qué curso) busco
lo primero que pongo: un polo celeste, un pantalón desteñido de tanta lavadora
y lejía que un día de éstos se pondrá blanco. Más blanco que miraflorino que
vive cerca a Larcomar. Seis y quince. Abro mi aplicación de Spotify. Selecciono
la lista “Favoritos”. Selecciono a Tove Lo y la imaginación vuela:
Shiny, happy, see my world in new
colours. Tú y yo en el sur de
Lima, pasando Lurín, dirigiéndonos a Asia, donde lo que nos rodea es pura
arena, carretera y mar. Conduces un auto mientras yo sentada a tu costado con
los pies en no me acuerdo ese nombre donde ponen los periódicos y todo eso, con
lentes oscuros.
Higher, fire, fly my rocket through
universe. Te miro mientras
sonrío. Tu cara de conductor responsable mirando el camino mientras el viento
orea tu cabello es lo que te hace sexy.
I’m up with the kites in a dream so blue/ I live in the sky, you come
live here too. Meneo la cabeza mientras
el viento orea mi cabellera arruinada de tantas jaladas de pelo por el puto
peine.
I’m
queen of the clouds, make my wish come true/ I sing to the night, let me sing
to you. Trato de acercarme y lo logro.
Baby, listen please: I’m not on
drugs, I’m not on drugs. I’m just in love.
Me acerco y te beso, mi cabello se enreda en nuestras caras. Sonríes tratando
de ver el camino.
Baby, don’t you see: I’m not on drugs, I’m not
on drugs. I’m just in love. Te
tomo una foto con esa cámara que al instante sale la imagen, después tomo una
botella de cerveza y fumo un cigarro a la vez.
You’re high enough for me. Te susurro esa frase al oído.
Lighter, brighter, pick the biggest
stars I find. Llegamos a Asia y
caminamos por las calles. Yo con unas botas de vaquero marrones, short jean
celeste rasgado, polo negro de tiras y encima una blusa de manga larga a
cuadros de color morado; tú a mi costado con pantalones de buzo color azulino,
polo azul con líneas naranja.
And I’m trip-trip-tripping in my
empire state of mind. Caminamos como
dos pastrulos agarrados de la mano y abrazados. Me sostienes para prevenir de
no cometer una estupidez de tanto alcohol y a la vez te ríes de mi actitud.
I’m up with the kites in a dream so blue/ I live in the sky, you come
live here too. I’m queen of the clouds, make my wish come true/ I sing to the
night, let me sing to you. Giro como loca
mientras ríes. Te pones cariñoso. Como efecto de cámara de 360 grados se
aprecia el beso y después agarro tu mano y te llevo a un lugar.
Baby, listen please: I’m not on
drugs, I’m not on drugs. I’m just in love. Baby, don’t you see: I’m not on
drugs, I’m not on drugs. I’m just in love.
Adivinaste: te llevé a una discoteca. Y no cualquier discoteca, sino de la que
encuentras cualquier tipo que te vende drogas. Bailamos como locos, saltando
con efecto de cámara lenta, teniendo un vaso de plástico grande con cerveza
incluida, mientras mi cabello se entrevera en mi cara. Nos ponemos melosos y
románticos. Agarras mi cintura y ya picado te me acercas para besarme, te beso.
You’re high enough for me. Vuelvo a susurrarte esa frase mientras con mis
manos te agarro la cabeza.
En
la parte musical seguimos bailando. Me ofreces coca. La aspiramos. Reímos como
idiotas y nos besamos.
You’re high enough for me. Efecto de cámara lenta. Vuelvo a susurrarte y me
llevas afuera.
Baby, listen please: I’m not on
drugs, I’m not on drugs. I’m just in love.
Con botella de ron robado de la mesa del bar en mano salimos de la discoteca en
plena madrugada. Estamos muy drogados. Me cargas en tu espalda mientras grito
eufóricamente. Compartimos el ron hasta llegar a la playa.
Baby, don’t you see: I’m not on
drugs, I’m not on drugs. I’m just in love.
Me quito las botas. Sigo con la botella en la mano, me la quitas, te alejas,
tomas un sorbo y lo escupes. Nos metemos al mar. ¡Mierda, qué frío! Otra vez
nos ponemos románticos.
You’re high enough for me… You’re
high enough for me… You’re high enough for me[1]. Nos besamos en una roca.
La
música termina aquí, luego pasa Fantastic Baby[2],
pero no importa. Seis y veinte. Con la flojera del mundo a cambiarse se ha
dicho. Aunque siempre lo digo: no quiero ir a la universidad. Estar en su clase
y sentir el peso que diga de forma agresiva que dijiste cualquier huevada. Puta
timidez, puto miedo. A veces desearía no ser tímida, pero no: mis ansias
enfermizas de conseguir la perfección. Ah, qué podría decir. Aún tengo en la
cabeza el videoclip que me inventé y a veces me imagino estar drogados con esa
canción. A veces pienso que Tove estaba drogada o borracha cuando lo escribió,
o lo relaciona con las drogas…no sé. Sólo sé que escuchar las canciones de Tove
me da ganas de drogarme, pero no puedo por algo llamado conciencia. Seis y
treinta y cinco. Agarro mi maleta con dibujo Emo, el libro verde subrayado con
todos los colores de mi caja Faber Castell. Bajo las escaleras. “Hola hija”
“Hola pa’”. Sigo bajando, llego a la sala. Dejo la mochila en una silla y el
libro en la mesa. Voy al baño. Aleluya, está vacío. Entro y hago necesidades.
Lavadita de manos y de dientes. Salgo. Mi madre despeinada aparece. “Hola mija”
“Hola ma’”. Voy a la sala. Agarro el peine con pelos incluidos y jalo el
cabello. Auch, mierda, duele un infierno. Dejo el peine listo…ay chu’, los
lentes. Subo a mi cuarto. Los lentes están sobre mi cama. Los agarro y me los
pongo. Voy a la sala. Seis y cincuenta y uno. Aún hay tiempo. Arreglo algunas
cosas. Agarro un Cifrut de naraja y una galleta de soda. Seis y cincuenta y
nueve. “Chau mamá” “Chau mija”. Salgo de la casa. Camino hasta el portón de la
quinta. Camino hasta la esquina sin antes encontrarme dos pastrulos harapientos
con olor a orina de perro con su marihuana en mano. Lo huelo. ¡Puaj! Huele
horrible. ¿Cómo les puede gustar una mierda tan fuerte! Ahora ya entiendo
porque dicen que es adictiva. Seguro ese olor a detergente quemado es lo que
quema las neuronas. ¿Acaso eso está hecho de detergente? Solo eso sabe el
huevón que vende ketes cerca de mi casa. Hablando de ese hijo de puta… Según
tengo entendido, está preso. Aún recuerdo ese momento: eran las vacaciones.
Estaba estudiando para mi examen final
de inglés. Justo era día de paro. A Villarán se le ocurrió la brillante idea de
hacer buses sólo para la ruta de la Arequipa, y los choferes se les ocurre
hacer un paro. ¿Acaso no piensan en los pasajeros esos cojudos? ¿Qué ganan con
subir los precios en esos días? ¿Acaso algún día la alcaldía les hará caso?
Puta, de sólo pensarlo me dan ganas de ser contratada por una agencia secreta y
en esos casos ser una sicaria francotiradora. Lo que sea con tal que no
arruinen mi día, pero a huevo: estamos en Perú. ¿Qué podría esperar de este
pedazo de país?
Bueno,
siguiendo con mi relato: estaba estudiando de lo más tranquila hasta que oigo
gente correr. Pánico por todos lados. Rompen una casa. Gente gritando y niños
de diez años maldiciendo. Yo a esa edad con la justas sabía decir imbécil.
Llegó la paz. Más tarde me enteraría que atraparon al vecino y a su esposa.
¿Justicia? Tal vez. Sólo quería que esa familia de lacras se fuera porque si
ellos están, mi tranquilidad se vería afectada. Sonará muy egoísta, pero es la
verdad. Lo que quiero es paz, no escuchar balacera en la tarde o ver cómo de
forma disimulada venden los ketes en la oscuridad de la noche, aunque para ser
sincera no es tan disimulada porque si yo lo pude ver...
Me
dirijo hacia Buenos Aires a tomar la combi. El pasaje medio es de 1.20 o 1.30.
¿Qué les pasa? ¿Acaso no respetan la ley? ¿O debo de leer la ley? Bueno, al
menos la cumplen, no como los cargosos de la Venezuela[3]
que desde un inicio ya dicen que no cobran medio pasaje, y como pendeja con
querer llegar temprano a casa te queda pagar. Sigo pensando en mi videoclip
mental. El imaginarnos drogados me distrae del mundo terrenal. Seríamos como
Sid y Nancy. Quitemos lo del bajista punk y su grupie e intercambiemos por un
matemático-aun cuando estudie otra cosa, el decidió mate-sanmarquino, y una
futura-no quiero ser egocéntrica (lo estás haciendo ahora…idiota)
escritora-villarrealina. ¿Suena muy estúpido? Sí, pero es lo único que podría
decir. O, qué tal, una Emo que escucha Alesana y un rasta que de eso no tiene
nada. Sólo en la academia se hizo unas trenzas. Con hacerse esas clásicas
trenzas no te hacen rasta, papito. Eso es lo que me dio cólera. Más parecía
rapero del Bronx que rasta. Pero dejando de lado las etiquetas, lo que nos
uniría sería la droga, como a Sid y a Nancy. ¿Qué droga sería?..Llegué a Buenos
Aires. ¡Aleluya! Aparece una combi de las que cobran 1.20 medio pasaje,
felizmente. Entro. Busco un sitio de un asiento. ¡Mierda! Una treintañera ocupó
ese lugar. Pinche puta. Ya la odio. Agg, no queda de otra: a sentarse en un
asiento de dos. El chofer pone baladas. Romeo Santos con su Propuesta indecente
se escucha por la combi. Otro videoclip mental:
Ahí
estamos tú y yo. Tú, todo elegante; yo, con un vestido corto de gala. Me
seduces y caigo en tus redes. Al final lo hacemos. Maldición, ahora que lo
recuerdo…una vez casi lo hicimos. Bueno, no casi. En realidad, nada. Sólo nos
tocamos. Después de eso seguía con las ganas. Ya quiero que un día me digas
para volver a tu casa y volver a hacerlo esta vez bien. Sentir tus manos en mi
piel. A pesar que fue un desastre esa vez y con las justas me excité (de que lo
hiciste bien; lo hiciste. El problema fue que no fui bien estimulada). Ahora ya
entiendo que porqué hacer el amor es un arte (bueno, así lo oí, o leí).
Combinando lo rústico, masculino y rudo de un hombre, y la delicadeza,
feminidad y delicadeza de una mujer da un bello contraste. No pude evitar
sonreír. Ojalá seas de esos que envía mensajes a sus enamoradas diciendo “Hola
amor, ¿qué tal tu día?” o “Te quiero mucho. ¡Qué te vaya bien hoy día!”. Pero
como tuve que volver con el tipo más frívolo de la tierra…me conformo con eso.
¿Qué hizo que me sintiera atraída hacia ti? ¿Tus labios? ¿La forma en que me
besas? ¿Cómo usas ese tono de voz para excitarme? ¿Cómo me tocas? A veces
pienso que fue una mala idea volver contigo. No me mandas mensajes, temo que me
engañes, temo que ya no sientas lo mismo. Quiero estar en tu cama desnuda a tu
lado y hacerte prometer que nunca me dejarás sola. Que no me hagas sufrir otra
vez. Que no te vuelva a odiar. Que no me hagas sentir incompleta, porque para
ser sincera me haces mucha falta. Te extraño, huevón. Así de simple. Si quería
un pendejo romántico ya estaría con ese huevón de quinto. El que se excita con
sólo tocarme las manos, aún cuando lo que pasaba por mi mente era que el tipo
me follara rico, pero no: seguía pensando en ti, y a la oportunidad aproveché
en aceptar tu floro barato que me dijiste en facebook sólo porque seguía
ilusionada de ti. No es fácil quitarte de mi mente, huevón. Hubiera estado con
ese idiota de quinto, pero ¿sabes cuál fue el problema? Era muy mayor para mí.
Se sentiría muy incómodo. Colonial con Faucett. La gente baja (ya era hora).
Vuelve a subir gente. Se llena. El idiota del cobrador con las pocas neuronas que
tiene trata de buscar espacio en el vehículo. A veces dan ganas de decirle
idiota en su cara, pero me contengo para no tener cualquier bronca. La combi
avanza. Ah cielos, me vino el sueño. Quiero dormir pero no puedo. ¡A la mierda!
A soñar despierta. Colonial con Universitaria. A bajar gente. Sigo soñando
despierta. Siguen sonando baladas. Sigo pensando en tener sexo contigo. Sigo
pensando en no encontrarme con dos cabrones de la universidad. Unos hijos de su
madre que se pasan de conchudos (bueno, sólo uno). Mierda, si lo veo y me jode,
rompo mi promesa de no volver a pegarlo. Colonial con Mirones. Baja la gente.
Un anciano con bolsita en mano se aparece. Hablando de ancianos, me acuerdo una
vez que se subió uno a la combi y lo más raro fue que sus orejas la tenían de
pelo. ¡Qué asco! No dejaba de mirar disimuladamente esa bola de pelos en las
orejas. ¡Puaj! Las baladas siguen sonando. Ahora lo que me rodea la mente es un
cuarto de ladrillos, una cama de colchón doble, típica colcha de telo de diez
soles, ropa tirada y un bulto sobresaliendo de la cama. Ya lo adivinaste: somos
nosotros. Sí, volver a pensar en eso. Siempre he pensado en eso. Colonial con
Naciones Unidas. Una última chequeadita al libro ese. Sí sí, Platón…bla bla
bla…mímesis…bla bla bla…sociedad perfecta…bla bla bla. A ordenar todo. Otra vez
a soñar despierta. El chofer cambia las baladas por reggaetón. Justo pasa ese
show que me gusta. Si bueno, a pesar que pasen reggaetón y todo eso y los temas
de conversación sean comunes (el ex, la farándula, etc.), distrae un poco de la
rutina. Veo a alguien con el Trome. Otra vez Guty y su pene photoshopeado en la
portada. Ta mare’ ya basta. Si ya se sabe que mintió sobre la longitud del
pene, pero ya, please, ya me llega. Miro a la ventana, veo los edificios.
Colonial con Cárcamo, ya casi llego. Saco el celular para ver la hora; siete y
cuarenta y cinco. Qué bien, tengo tiempo. Esta vez Romeo Santos canta diciendo
Eres mía. Otra imaginación. Ahora como pendeja me creo que esa canción me lo
dirías un día de éstos. Pinche negro con sus canciones repetitivas. Ah, la vida
es injusta. Colonial una cuadra antes de Dos de Mayo. “Último paradero”. Baja
la gente. Bajo de la combi mientras veo que se dirige para otra dirección.
Maldito tráfico. A caminar se ha dicho. Veo alrededor. Autos por todos lados.
Maldita sea. Me dirijo a Colmena. Camino la avenida mientras sigues en mi
mente. ¿Qué puedo decir? Siempre pienso en ti. Me dormiré despierta en clases
pensando en ti. Siempre lo he hecho desde que apareciste a mi vida. Mierda, eso
sonó muy cursi…me llega. Colmena con Cañete. Cruzo la pista. Saco el carné
universitario. Llego a la puerta y le muestro al guachimán. Entro. Veo que la
puerta esté abierta. ¡Dios, existes! Veo la hora. Siete y cincuenta y seis.
Subo las escaleras. Voy al salón. Entro. Vacío. Un segundo después: “Hola”
“Hola”. Otro segundo. “Hola” “Hola” “Hola”. Siete y cincuenta y nueve. Aun no
llega el desgraciado. A sacar el celular y los audífonos. A escuchar. Ocho y
cuatro. “Buenos días”. Se oye una voz grave. Mierda, si Snape sería mi profe
mejor me hubiese quitado de artes oscuras. La gente voltea. “Buenos días”.
Camina todo campante. “Una fila adelante”. A ordenar sillas. Entran otros
segundos después del profe. Los deja. Milagro de la vida. Me siento. Abro el
libro. “¿Hoy qué tema nos toca?” “********, profe”. La delegada dijo eso.
“Bien, ¿qué pueden decirme sobre el capítulo?”. Se oye una voz masculina. “Lo
que el capítulo dice…”. La imaginación vuela. Dejo de lado a los filósofos
griegos para centrarme en mis pensamientos. Hola, de nuevo. Esta vez nadie nos
va a interrumpir.
Un
parque. Yo adelante mientras te agarro la mano, por un lado está la pista
mientras por el otro el área verde. Sí, estamos en Miraflores. Pasamos por un
parque. Descansamos. Estamos echados en el pasto. El viento orea mi cabello.
Cierro los ojos. “Te quiero mucho”. Sonríes. Nos quedamos echados en el pasto
hasta las diez y media.
lunes, 23 de abril de 2018
PEQUEÑA NIÑA DE LOS BRAZOS SANGRANTES
La pequeña niña se dirige a la universidad con una sonrisa en el rostro dejando ver sin vergüenza sus brazos sangrantes, coaguladas, con pus alrededor de las venas cortadas y señales de putrefacto sin embargo no despiden el característico olor a piel muerta por la gangrena.
Pero ocurre algo curioso de todo esto: nadie nota los brazos de la dulce niña de los brazos sangrantes, la saludan, conversan con normalidad, como si dichos defectos asquerosos no existieran, como si hicieran de la vista gorda y es cierto porque solo la niña es capaz de verlos pero los ignora como los problemas que tiene día a día para evitar pensar en ellos ya que sus brazos comenzaron a sangrar el día que sintió la desesperación y el estrés, no se sabe de qué pero desde ahí sus brazos se convirtieron en lo que es ahora y nadie la puede ayudar porque ella no quiere ser ayudada.
Pero ocurre algo curioso de todo esto: nadie nota los brazos de la dulce niña de los brazos sangrantes, la saludan, conversan con normalidad, como si dichos defectos asquerosos no existieran, como si hicieran de la vista gorda y es cierto porque solo la niña es capaz de verlos pero los ignora como los problemas que tiene día a día para evitar pensar en ellos ya que sus brazos comenzaron a sangrar el día que sintió la desesperación y el estrés, no se sabe de qué pero desde ahí sus brazos se convirtieron en lo que es ahora y nadie la puede ayudar porque ella no quiere ser ayudada.
BLACK GIRL
I
Black girl era, como todos los demás chicos y chicas de colores, una persona normal, sin embargo lo que le caracteriza de otros colores es que es callada o de pocas palabras, aun así podía vivir con total normalidad, pero un día ella-como todas las veces-tocó su corazón y de la nada se raja dejando una grieta pequeña, nada preocupante, por ahora.
II
Los días pasan y el corazón de Black girl sigue agrietándose, mira y observa a otras personas y ve que sus corazones no tienen ninguna línea zigzagueada; todos tenían los corazones normales. Al sentirse atemorizada por su corazón agrietado decidió callar hasta que llegó el día: el corazón se rompió.
III
Black girl carga su corazón roto, se siente vacía, perdida. Las demás entes de arcoiris miran a Black girl con rareza, susurrando su falta de corazón e ignorándola...inclusive sus amigos y amigas le dieron la espalda. Hasta que se encuentra con White boy. White boy es el amigo de esta chica vacía...conversan, él la ve y con los trozos del corazón rotos trata de reconstruirlo. Lo logra, pero a los minutos dichos trozos se volvieron cenizas.
IV
"Anda a las afueras de la ciudad, ahí se halla un círculo de rocas donde encontrarás un nuevo corazón. Hay varios para escoger". Haciendo caso a las palabras de su amigo decide aventurarse a la búsqueda de un nuevo corazón. El camino es largo haciendo que sus temores y la sensación de estar perdida aumenten ocasionando que el miedo y la desesperación sus peores compañeras llenándoles de pensamientos negativos...incluyendo el suicidio.
V
Varios días de deambular en las afueras de la ciudad y con los pensamientos de desesperación y muerte se encuentra el círculo que le comentó su amigo blanco. Al colocarse en el centro del círculo observa que aparecen pilares con cada corazón de distintas formas y colores: algunos tienen el clásico color rojo pero de diferentes tonalidades-uno instenso con latidos veloces, otro color sangre, uno atravesado por tres flechas y otro de un rojo más pálido-, un corazón envuelto en llamas, uno enorme de oro que ni una persona podría usarlo, un azul como el mar hallado en las playas de la ciudad, uno negro marchito como una flor y uno verde lleno de materia sebácea despidiendo un olor fétido. En cada corazón se lee la advertencia "ELIGE UNO".
VI
Y así, pasando las horas, rechaza las ofertas que la naturaleza le brinda, alegando que nadie la puede salvar de su triste vacío, ni siquiera el corazón fétido. Supuestamente se diría en estas situaciones que por arte de magia vendría alguien y le diera un nuevo corazón, pero en este caso la historia no es como los cuentos de hadas: Black girl decide dejar aquel lugar y regresar a la ciudad con el pecho sin corazón pero mintiéndole a las personas que recupero su corazón sin embargo dentro de sí se siente sola y perdida ante la multitud de colores que no conocen su historia de desesperanza.
Black girl era, como todos los demás chicos y chicas de colores, una persona normal, sin embargo lo que le caracteriza de otros colores es que es callada o de pocas palabras, aun así podía vivir con total normalidad, pero un día ella-como todas las veces-tocó su corazón y de la nada se raja dejando una grieta pequeña, nada preocupante, por ahora.
II
Los días pasan y el corazón de Black girl sigue agrietándose, mira y observa a otras personas y ve que sus corazones no tienen ninguna línea zigzagueada; todos tenían los corazones normales. Al sentirse atemorizada por su corazón agrietado decidió callar hasta que llegó el día: el corazón se rompió.
III
Black girl carga su corazón roto, se siente vacía, perdida. Las demás entes de arcoiris miran a Black girl con rareza, susurrando su falta de corazón e ignorándola...inclusive sus amigos y amigas le dieron la espalda. Hasta que se encuentra con White boy. White boy es el amigo de esta chica vacía...conversan, él la ve y con los trozos del corazón rotos trata de reconstruirlo. Lo logra, pero a los minutos dichos trozos se volvieron cenizas.
IV
"Anda a las afueras de la ciudad, ahí se halla un círculo de rocas donde encontrarás un nuevo corazón. Hay varios para escoger". Haciendo caso a las palabras de su amigo decide aventurarse a la búsqueda de un nuevo corazón. El camino es largo haciendo que sus temores y la sensación de estar perdida aumenten ocasionando que el miedo y la desesperación sus peores compañeras llenándoles de pensamientos negativos...incluyendo el suicidio.
V
Varios días de deambular en las afueras de la ciudad y con los pensamientos de desesperación y muerte se encuentra el círculo que le comentó su amigo blanco. Al colocarse en el centro del círculo observa que aparecen pilares con cada corazón de distintas formas y colores: algunos tienen el clásico color rojo pero de diferentes tonalidades-uno instenso con latidos veloces, otro color sangre, uno atravesado por tres flechas y otro de un rojo más pálido-, un corazón envuelto en llamas, uno enorme de oro que ni una persona podría usarlo, un azul como el mar hallado en las playas de la ciudad, uno negro marchito como una flor y uno verde lleno de materia sebácea despidiendo un olor fétido. En cada corazón se lee la advertencia "ELIGE UNO".
VI
Y así, pasando las horas, rechaza las ofertas que la naturaleza le brinda, alegando que nadie la puede salvar de su triste vacío, ni siquiera el corazón fétido. Supuestamente se diría en estas situaciones que por arte de magia vendría alguien y le diera un nuevo corazón, pero en este caso la historia no es como los cuentos de hadas: Black girl decide dejar aquel lugar y regresar a la ciudad con el pecho sin corazón pero mintiéndole a las personas que recupero su corazón sin embargo dentro de sí se siente sola y perdida ante la multitud de colores que no conocen su historia de desesperanza.
jueves, 8 de marzo de 2018
YO NO SOY
Una vez escribí que ser mujer en el Perú es una maldición. Cuando lo leyeron sonó exagerado, hasta se rieron...pues bueno, a todas las mujeres nos matan, nos violan, nos ignoran o nos menosprecian. Inspirada por los manifiestos del Comando Plath (grupo de artistas feministas),principalmente en el primer manifiesto de dicho grupo, y por experiencia personal quiero reflejar con estas líneas sobre lo que sufren miles de mujeres en un espacio donde supuestamente somos libres: las calles.
Yo no soy tu "Buenas carnes"
tu desconocida vestida de rojo que va a torear toros
tu "guapa" de quien te aprovechaste mientras escuchaba música en mi celular en plena avenida,
ni tu "novia" a quien gritabas al bajar del vehículo.
Ya no soy aquella amiga que te perdonó el "error" de tocarme las nalgas estando borracho,
la miedosa de la combi que negó haber sido tocada,
el objeto de burlas por usar minifaldas
ni la que te dejabas abrazar para subir a un bus.
No soy tu disfrute sexual, ni mis amigas tampoco
no quiero subirme a tu carro, ni que me des un aventón,
no soy tu "amiga" para que me lleves en tu combi
porque yo no te llamé para tal servicio.
Yo no soy "mi amor", ni aquella colegiala
que regalaste una rosa de lazo
y acariciaste la mejilla.
Ya no soy aquella adolescente con quien bromeabas a asaltarme
ni que me escondía por si vendrías a acosarme.
Tampoco soy aquella guapa que llamaste desde tu carro
en la biblioteca de San Marcos.
Ya no soy eso,
no soy aquella quien le tiene miedo;
aunque me callo, es cierto
y me arrepiento por eso:
por no encararte y por aceptar que tienes el poder.
Pero eso ya se acabó,
porque ahora ya no tendré miedo de enfrentarte.
lunes, 5 de marzo de 2018
EL NIÑO MUERTO DE PETER PAN
A Rafael
Ahora vas a paso lento a una quinta de casas pre fabricadas y de triplay para anunciar la mala nueva. Ahora tienes miedo, miedo de cómo reaccionarán. Ya no sientes ese placer sádico de oír gemir a la gente, por tu mente ya no se te cruza pasar el tiempo en las esquinas con las flaquitas de tu barrio que no pasan de los dieciséis años pero con la edad suficiente para darles un rico cache y que giman como gatas en plena metida que siempre oyes en las noches en tu techo.
¿Por qué yo?, piensas mientras te acercas a la puerta principal de la quinta. Dices que no es justo que sin derecho a votación te elijan para decir la noticia. Siempre te agarran para eso, como tienes buena labia al toque te señalan y tú, como huevón, no puedes decirle que no al jefe.
Aún recuerdas esa escena terrorífica: sangre en la cabeza, el cuerpo en el piso, bocabajo. Sí, esa misma escena que al mismo tiempo te producía éxtasis, y mejor si le añades tu coca para elevar la experiencia. Caminas entre los niños que juegan a la pelota o con sus pistolitas de juguetes a los policías y ladrones siguiendo en tu mente la imagen desgarradora, ver que no eres intocable, que ni Dios ni Sarita Colonia lo pudo proteger. Piensas que él se jodió la vida por sí solo, que nadie lo obligó a juntarse con ustedes, que él decidió ayudarlos para recoger mercancía en el barrio rival. Juraron que lo iban a proteger, le dijeron miles de veces que no le pasaría nada, que si estaba con ustedes estaba con Dios, que la policía no se enterará de esto; le dijeron los riesgos de la misión y él aceptó.
No es tu culpa, piensas estando frente a la casa.
Ahora tienes miedo. Ya se fue aquel sádico que le excitaba matar gente, aquel devoto protegido por Dios, en el que su grupo está protegido por una mano divina. Ahora ya sabes que aquel relato lejano de la muerte llegó: pisaste tierra.
Como un niño que teme decir la verdad de que ha roto algo tocas la puerta con nerviosismo, a los segundos te abre, sale del cuarto una mujer de unos cincuenta, te mira, sabe quién eres, pregunta qué es lo que quieres, te quedas en silencio por unos minutos, recordando lo que te dijeron y cómo decirlo. Tienes miedo. La seño’ pregunta por su bebé, sientes algo en el pecho: se llama culpa. No lo aguantas y lo dices de frente:
-Su hijo ha muerto
Antes que ella responda te fuiste sin antes decirle sus respectivas condolencias, te vas rápido del lugar, tapándote con la gorra y antes de pisar la calle oyes el grito desesperado de una madre que perdió a su hijo, ves a los vecinos correr en dirección a la casa, miras de reojo la escena que acabas de cometer y con total remordimiento te largas cuan rata de desagüe, llorando en silencio.
MICRORRELATOS II
COMIDA
Él se ríe de mí por comer rápido; yo me río de él por su estúpida idea de mejorar la raza.
PIROPO
-Hola guapa
-Soy hombre
ODIO LAS RISAS
Había una vez un niño llamado Edward que se sentaba a mi costado. En ese tiempo simulaba que mis lápices de colores eran unas muñecas, él se burló de mí.
El único recuerdo de ese pendejo es su risa estruendosa.
BAJA AUTOESTIMA
2004 fue la época de los slams. Como toda niña que sigue modas me conseguí un cuaderno de esos.
Lo único que recuerdo fue un “¡Eres fea!” junto a un dibujo primitivo.
Eso, inconscientemente, me marcó de por vida.
ES IMPOSIBLE ACEPTAR UN PERDÓN
Odiaba las catequesis, es más, odiaba la muchedumbre. Un día de catequesis había una dinámica de escribir lo que piensas del otro.
Una chica me escribió FEA en mayúsculas. Fue horrible.
ESPECTADORA
Definición de amistad: dos amigas que no se vieron en años conversando sobre sus hijos sabiendo que se odiaron hace años por un niñato…que ni guapo era.
GÉNESIS
Cuarto grado de primaria; empecé a odiar.
ANSIAS PSICÓPATAS
“Moléstame de nuevo y juro que te cortaré el pene un día”… ¿Por qué mierda no dije eso ante las burlas de los pendejos en el colegio?
DROGA
El placer orgásmico que me da una taza de café caliente no me lo puede dar ningún hombre.
domingo, 4 de marzo de 2018
CITA NÚMERO UNO DEL MES
Además de ficción y opiniones sobre temas de interés, decido publicar citas de películas, series y/o animes.
La cita de hoy es de la película La sonrisa de Mona Lisa.
PD: espacio libre para comentar.
sábado, 3 de marzo de 2018
DE PASEO
Decido mensajearte. "¿Estás libre?" "Sí." "¿Quieres ir a pasear?" "Ok."
Me despido de mi familia, mi hermano y mi mami ya saben que te veré; no les queda otra opción que aceptar mi decisión a pesar de sus claras expresiones de negativa. Camino en dirección al paradero de la combi, cubriendo cuatro o cinco cuadras en diez minutos, mirando adultos caminar, familias reunidas afuera de sus hogares, los borrachos afuera de una antigua bodega, los amigos conversando en las esquinas y los perros oliéndose entre sí. Subo a la combi blanco de franja violeta, pasa una hora de viaje interprovincial, voy a nuestro punto de encuentro en la Plaza Dos de Mayo, mirando las casonas incluidas la afectada por el incendio descubriendo el material de madera como un esqueleto. Camino en dirección al edificio de la CGTP y me paro delante del poste de luz, espero 15 minutos mirando a cada transeúnte que pasa por la esquina frente al punto de encuentro y soportando las náuseas de los nervios, al final te apareces, beso en la mejilla, beso en la mejilla.
"¿Qué tal?"
"Aquí". "Gracias por venir". Sonríes. Te digo para ir a Miraflores, aceptas sin rechistar. Caminamos a Tacna a un paradero del corredor azul, subimos al bus y conversamos de nuestras vidas: que mis prácticas en la biblioteca del CELACP me va bien, que estás dictando clases particulares a chicos y chicas de otras universidades, que aún no me siento bien al lado de mi amiga, que tus amigos te piden ayuda con los estudios, que aún estoy en cero con el marco teórico y tú aún sigues averiguando la cuarta dimensión. Bajamos en el óvalo, preguntas por el parque donde se ubican los gatos, te digo que estamos ahí, te asombras y se te escapa una sonrisa, a mí se aparece una; creo que es un acto involuntario, te digo para seguir caminando y dices que sí, así que caminamos por toda Larco, pasando Benavides, las librerías Crisol y SBS, en el camino me compro una gaseosa, avanzamos por los cafés y los restaurantes, Bembos y las casas de cambios a la vez que seguimos conversando sobre lo mismo de nuestros días. Cuando llegamos a Larcomar te digo para caminar por todo el malecón como yendo en dirección al Lugar de la Memoria, dices " Ok": caminamos.
"No es que la odie". Sorbo de Coca Cola. "No la quiero ver. Si la veo me quiero lanzar del puente". Le señalo el Villena. "Me quiero suicidar".
"Ya hablamos de eso".
Tus ojos demuestran preocupación. Volverás a decirme que soy especial para ti, que me quieres viva. Palabras que son sinceras para ti, pero para mí no, lo dices para controlarme; no te siento sincero. Si es así entonces porqué te sigo hablando, por qué sigo repitiéndome que eres mi amigo, porqué quiero que me abraces, si ya sé que todo lo que sale de ti es falso.
"Evítala. No me gusta verte así, no me gusta verte llorar". Porque te harta, conozco tu expresión cuando me ves llorar. Admítelo, te harta, te enojas, te aburres de mí.
Vuelvo a ver el Villena, sabes donde miro y me sigues.
"Para eso están las paredes, para que locas como tú no se quiten la vida".
¿Cómo diablos haces para hacerme reír? ¿En qué momento tus huevadas me dan risa?
Me acerco a las paredes plásticas del Villena, trato de mirar la Bajada Balta, los carros último modelo brillantes de colores serios-rojo, azul, negro, gris-llenan la autopista a la Costa Verde, la hierba y las flores fucsias alegran el acantilado donde personas por distintos motivos decidieron quitarse la vida. Me acuerdo del primer capítulo de un libro de Carmen Ollé. Habla del Villena y las personas que saltaron de ahí, los llama ángeles. Tal vez ángeles de la muerte. Sigo mirando la bajada y el mar azul contaminado de la playa hasta que oigo tu risa.
"Estás loca". ¿Cómo esa palabra que en mis épocas escolares fue un insulto me da risa? ¿Tal vez porque eres tú quien me lo dice?
"Me halagas". Sale una sonrisa cómplice.
"¿Aún quieres matarte?"
"Nah, a final de cuentas soy una cobarde".
"Lástima".
Sabía que me quieres ver muerta. ¿En serio decir eso me da risa? ¿Sabiendo que en el fondo me decepciona? Y pensar que hace unos minutos me querías viva.
"Me arrepentí".
"Jajaja".
"Solo evítala. Si no la quieres ver, no lo hagas".
"Meh". Otro sorbo a la Coca. "¿Crees que deba perdonarla?"
"Eso sólo puedes decidirlo tú".
"Es que no sé... Aún no lo olvido...me pidió disculpas y la perdoné porque ya pero después de lo sucedido la semana pasada como que...y ahora cuando hablamos todos los del salón en un chat grupal, cuando ella habla como que aggg, no la quiero ver: la quiero tratar mal, pero sé que si lo hago me sentiré horrible".
"No me parece bien que hagas eso".
"¡Exacto! Pero no la quiero ver. Estaré bien...pero si la veo siento que ese enojo volverá".
"Entonces no la veas".
"Odio esto".
Seguimos caminando por el malecón, pasando el Parque del Amor y el faro. Te agarro de la mano, te dejas. Me apego a tu cuerpo, te dejas. Te agarro del brazo, no te quejas. Entonces cuando me dijiste que cumples todos mis caprichos era cierto. Te huelo, tienes un aroma tan particular que me gusta. Siempre ha sido así desde que te conozco. Tal vez esa sea el motivo por el cual sigo a tu lado. Culpo a tus feromonas por deleitar mi olfato durante muchos años. Sigo hablando y sigues en silencio. Siempre dices "sí", "ok" o te ríes. Lo mismo sucede cuando hablas. Me apego más a tu cuerpo, mis pensamientos suicidas se desvanecen.
"Te extrañé".
"Yo también".
"Eres el mejor y lo sabes".
"Así decidas ya no hablarme siempre estaré a tu lado".
"Eso sonó a acoso...y a un psicópata".
Reímos. Otro sorbo a la Coca.
"Gracias por venir". Estoy muy cerca de tu boca. Si supieras cuantos versos y adjetivos le dediqué a esa boca. Quiero besarte, pero me contengo. Sabes que quiero besarte pero desde la última vez que hablamos respetaste mi decisión.
"Para eso están los amigos".
"¿Ya te he dicho que eres el mejor?"
"Sí".
Me alejo de tu boca y seguimos caminando en el malecón, creo que llegamos al inicio de la avenida Pardo o antes, dejando atrás mis deseos suicidas, mi desagrado hacia mi amiga, la Coca Cola en la basura y mis ganas de volver a besarte.
Al llegar a uno de los tantos parques que hay por ahí te dije para sentarnos en una banca porque mis pies empiezan a doler, aceptas, nos sentamos en una banca con vista al mar, las gaviotas vuelan sobre el malecón, con el cielo azul de la tarde y la hierba con las flores de diferentes colores creando un perfecto contexto para un paseo de dos amigos que se conocen de hace tiempo. Miramos el mar, el aire desordena mi cabello, respiro a profundidad y me calmo. Al final me atrevo a preguntarle:
"¿Y serás mi acompañante en mi graduación?"
"No me gusta usar terno".
Me despido de mi familia, mi hermano y mi mami ya saben que te veré; no les queda otra opción que aceptar mi decisión a pesar de sus claras expresiones de negativa. Camino en dirección al paradero de la combi, cubriendo cuatro o cinco cuadras en diez minutos, mirando adultos caminar, familias reunidas afuera de sus hogares, los borrachos afuera de una antigua bodega, los amigos conversando en las esquinas y los perros oliéndose entre sí. Subo a la combi blanco de franja violeta, pasa una hora de viaje interprovincial, voy a nuestro punto de encuentro en la Plaza Dos de Mayo, mirando las casonas incluidas la afectada por el incendio descubriendo el material de madera como un esqueleto. Camino en dirección al edificio de la CGTP y me paro delante del poste de luz, espero 15 minutos mirando a cada transeúnte que pasa por la esquina frente al punto de encuentro y soportando las náuseas de los nervios, al final te apareces, beso en la mejilla, beso en la mejilla.
"¿Qué tal?"
"Aquí". "Gracias por venir". Sonríes. Te digo para ir a Miraflores, aceptas sin rechistar. Caminamos a Tacna a un paradero del corredor azul, subimos al bus y conversamos de nuestras vidas: que mis prácticas en la biblioteca del CELACP me va bien, que estás dictando clases particulares a chicos y chicas de otras universidades, que aún no me siento bien al lado de mi amiga, que tus amigos te piden ayuda con los estudios, que aún estoy en cero con el marco teórico y tú aún sigues averiguando la cuarta dimensión. Bajamos en el óvalo, preguntas por el parque donde se ubican los gatos, te digo que estamos ahí, te asombras y se te escapa una sonrisa, a mí se aparece una; creo que es un acto involuntario, te digo para seguir caminando y dices que sí, así que caminamos por toda Larco, pasando Benavides, las librerías Crisol y SBS, en el camino me compro una gaseosa, avanzamos por los cafés y los restaurantes, Bembos y las casas de cambios a la vez que seguimos conversando sobre lo mismo de nuestros días. Cuando llegamos a Larcomar te digo para caminar por todo el malecón como yendo en dirección al Lugar de la Memoria, dices " Ok": caminamos.
"No es que la odie". Sorbo de Coca Cola. "No la quiero ver. Si la veo me quiero lanzar del puente". Le señalo el Villena. "Me quiero suicidar".
"Ya hablamos de eso".
Tus ojos demuestran preocupación. Volverás a decirme que soy especial para ti, que me quieres viva. Palabras que son sinceras para ti, pero para mí no, lo dices para controlarme; no te siento sincero. Si es así entonces porqué te sigo hablando, por qué sigo repitiéndome que eres mi amigo, porqué quiero que me abraces, si ya sé que todo lo que sale de ti es falso.
"Evítala. No me gusta verte así, no me gusta verte llorar". Porque te harta, conozco tu expresión cuando me ves llorar. Admítelo, te harta, te enojas, te aburres de mí.
Vuelvo a ver el Villena, sabes donde miro y me sigues.
"Para eso están las paredes, para que locas como tú no se quiten la vida".
¿Cómo diablos haces para hacerme reír? ¿En qué momento tus huevadas me dan risa?
Me acerco a las paredes plásticas del Villena, trato de mirar la Bajada Balta, los carros último modelo brillantes de colores serios-rojo, azul, negro, gris-llenan la autopista a la Costa Verde, la hierba y las flores fucsias alegran el acantilado donde personas por distintos motivos decidieron quitarse la vida. Me acuerdo del primer capítulo de un libro de Carmen Ollé. Habla del Villena y las personas que saltaron de ahí, los llama ángeles. Tal vez ángeles de la muerte. Sigo mirando la bajada y el mar azul contaminado de la playa hasta que oigo tu risa.
"Estás loca". ¿Cómo esa palabra que en mis épocas escolares fue un insulto me da risa? ¿Tal vez porque eres tú quien me lo dice?
"Me halagas". Sale una sonrisa cómplice.
"¿Aún quieres matarte?"
"Nah, a final de cuentas soy una cobarde".
"Lástima".
Sabía que me quieres ver muerta. ¿En serio decir eso me da risa? ¿Sabiendo que en el fondo me decepciona? Y pensar que hace unos minutos me querías viva.
"Me arrepentí".
"Jajaja".
"Solo evítala. Si no la quieres ver, no lo hagas".
"Meh". Otro sorbo a la Coca. "¿Crees que deba perdonarla?"
"Eso sólo puedes decidirlo tú".
"Es que no sé... Aún no lo olvido...me pidió disculpas y la perdoné porque ya pero después de lo sucedido la semana pasada como que...y ahora cuando hablamos todos los del salón en un chat grupal, cuando ella habla como que aggg, no la quiero ver: la quiero tratar mal, pero sé que si lo hago me sentiré horrible".
"No me parece bien que hagas eso".
"¡Exacto! Pero no la quiero ver. Estaré bien...pero si la veo siento que ese enojo volverá".
"Entonces no la veas".
"Odio esto".
Seguimos caminando por el malecón, pasando el Parque del Amor y el faro. Te agarro de la mano, te dejas. Me apego a tu cuerpo, te dejas. Te agarro del brazo, no te quejas. Entonces cuando me dijiste que cumples todos mis caprichos era cierto. Te huelo, tienes un aroma tan particular que me gusta. Siempre ha sido así desde que te conozco. Tal vez esa sea el motivo por el cual sigo a tu lado. Culpo a tus feromonas por deleitar mi olfato durante muchos años. Sigo hablando y sigues en silencio. Siempre dices "sí", "ok" o te ríes. Lo mismo sucede cuando hablas. Me apego más a tu cuerpo, mis pensamientos suicidas se desvanecen.
"Te extrañé".
"Yo también".
"Eres el mejor y lo sabes".
"Así decidas ya no hablarme siempre estaré a tu lado".
"Eso sonó a acoso...y a un psicópata".
Reímos. Otro sorbo a la Coca.
"Gracias por venir". Estoy muy cerca de tu boca. Si supieras cuantos versos y adjetivos le dediqué a esa boca. Quiero besarte, pero me contengo. Sabes que quiero besarte pero desde la última vez que hablamos respetaste mi decisión.
"Para eso están los amigos".
"¿Ya te he dicho que eres el mejor?"
"Sí".
Me alejo de tu boca y seguimos caminando en el malecón, creo que llegamos al inicio de la avenida Pardo o antes, dejando atrás mis deseos suicidas, mi desagrado hacia mi amiga, la Coca Cola en la basura y mis ganas de volver a besarte.
Al llegar a uno de los tantos parques que hay por ahí te dije para sentarnos en una banca porque mis pies empiezan a doler, aceptas, nos sentamos en una banca con vista al mar, las gaviotas vuelan sobre el malecón, con el cielo azul de la tarde y la hierba con las flores de diferentes colores creando un perfecto contexto para un paseo de dos amigos que se conocen de hace tiempo. Miramos el mar, el aire desordena mi cabello, respiro a profundidad y me calmo. Al final me atrevo a preguntarle:
"¿Y serás mi acompañante en mi graduación?"
"No me gusta usar terno".
LO QUE ME ENCONTRÉ HOY EN ARENALES
Esto no es ficción, en solo pocas líneas resumiré lo que vi hoy en mi quinta (o sexta) visita a Arenales: BTS.
Polos de BTS, posters de BTS, tazas de BTS, billeteras, canciones, Armys.
Arenales, en cuanto al Kpop, se volvió Army...y Blink, Once, EXO-L...pero más Army.
Polos de BTS, posters de BTS, tazas de BTS, billeteras, canciones, Armys.
Arenales, en cuanto al Kpop, se volvió Army...y Blink, Once, EXO-L...pero más Army.
viernes, 2 de marzo de 2018
QUIERO POSAR COMO UNA MODELO
Quiero posar como una modelo, con el vestido negro recién comprado, posando detrás de un árbol, como en las fotos del primer álbum de Taeyeon. Mostrar mi cara de póquer, la única que me sale, en las contraportadas y debajo una pequeña biografía de una chica sin futuro ni sentido en su vida.
Escribo esto mientras mi útero empieza a molestar: es la menstruación, el signo que me salvé de un embarazo. El dolor me recuerda que me salvé de sentir patadas en el vientre meses después, que me recuerda que mi media hora de sexo con el inmaduro de mi pareja en un hotel de paso de veinte soles no fue en vano.
Quiero mostrar mi seriedad al mundo, que sonreír frente a una cámara no es lo mío, mostrar inocencia en mis ojos pero sensualidad en la pose: como una femme fatale. Miles de posturas vienen a la cabeza y de paso mi etapa de modelo infantil...solo dos pasarelas en un colegio y de recuerdo una foto de una niña mirando al suelo, tratando de no cometer un pequeño error.
Pienso en eso y lo quiero hacer en un parque, que el viento cubra la cara, posar como una idol coreana para la promoción de su álbum...quiero eso...si no estuviera gorda.
Escribo esto mientras mi útero empieza a molestar: es la menstruación, el signo que me salvé de un embarazo. El dolor me recuerda que me salvé de sentir patadas en el vientre meses después, que me recuerda que mi media hora de sexo con el inmaduro de mi pareja en un hotel de paso de veinte soles no fue en vano.
Quiero mostrar mi seriedad al mundo, que sonreír frente a una cámara no es lo mío, mostrar inocencia en mis ojos pero sensualidad en la pose: como una femme fatale. Miles de posturas vienen a la cabeza y de paso mi etapa de modelo infantil...solo dos pasarelas en un colegio y de recuerdo una foto de una niña mirando al suelo, tratando de no cometer un pequeño error.
Pienso en eso y lo quiero hacer en un parque, que el viento cubra la cara, posar como una idol coreana para la promoción de su álbum...quiero eso...si no estuviera gorda.
domingo, 25 de febrero de 2018
LA FOTO
01:30 pm. del día miércoles, en una sala pequeña donde la refri está a la vista y paciencia de los libros de cálculo y la radio de al parecer unos cincuenta años reproducen aquel asqueroso género musical llamado trap, aquel asqueroso género con sus asquerosas letras que me excitador cuando me hacía el amor.
01:30 pm. del día miércoles, estoy mirando la foto de un niño sonriente delante de un fondo azul, muy usadas en los locales de fotografía, vistiendo una camisa beige a cuadros, pantalón de ese color pero más oscuro y el cabello alborotado. Leo el nombre que está debajo de dicha imagen, giro mi cabeza y veo a un joven de mi edad cortando fresas para un jugo, dirijo mi cabeza a la foto y comparo: a diferencia de aquel joven, el niño mostraba ojos alegres, lo disfrutaba. Sonrío al pensar que dicha alegría mostraba inocencia.
Y pensar que este niño crecería para ser el retrasado que conozco, digo.
Comienza a reír.
Vuelvo a mirar la foto del niño, me atrapa su sonrisa, no esa que usa a la hora de follarme, sino una que irradia alegría sincera, característica de un niño de su edad. Volteo a ver aquel niño grande, sigue pelando las fresas; está muy concentrado. Quisiera abrazarlo por atrás e insistirle que me vuelva a hacer el amor, que me haga sentir su mujer, pero me cohíbo.
Sigo mirando la foto y los recuerdos llegan a mí. ¿Cómo aquel que emanaba optimismo se convirtió en este chico melancólico?
Oigo una licuadora , mi amante está atento a las fresas trituradas, mis deseos de encamarme son fuertes, quisiera que me tomase y me embista pero ahora le está echando azúcar a dicho jugo. Me acerco, lo abrazo por la espalda; me ignora. Detiene la máquina, mete la cuchara al envase de vidrio y me lo acerca.
¿Está bien?
Sí.
Lo prueba y está conforme. Con el vaso de la licuadora se dirige a la cocina, me dice que me espera en su habitación, me dirijo a ese lugar sin antes despedirme con una sonrisa al niño de la foto.
01:30 pm. del día miércoles, estoy mirando la foto de un niño sonriente delante de un fondo azul, muy usadas en los locales de fotografía, vistiendo una camisa beige a cuadros, pantalón de ese color pero más oscuro y el cabello alborotado. Leo el nombre que está debajo de dicha imagen, giro mi cabeza y veo a un joven de mi edad cortando fresas para un jugo, dirijo mi cabeza a la foto y comparo: a diferencia de aquel joven, el niño mostraba ojos alegres, lo disfrutaba. Sonrío al pensar que dicha alegría mostraba inocencia.
Y pensar que este niño crecería para ser el retrasado que conozco, digo.
Comienza a reír.
Vuelvo a mirar la foto del niño, me atrapa su sonrisa, no esa que usa a la hora de follarme, sino una que irradia alegría sincera, característica de un niño de su edad. Volteo a ver aquel niño grande, sigue pelando las fresas; está muy concentrado. Quisiera abrazarlo por atrás e insistirle que me vuelva a hacer el amor, que me haga sentir su mujer, pero me cohíbo.
Sigo mirando la foto y los recuerdos llegan a mí. ¿Cómo aquel que emanaba optimismo se convirtió en este chico melancólico?
Oigo una licuadora , mi amante está atento a las fresas trituradas, mis deseos de encamarme son fuertes, quisiera que me tomase y me embista pero ahora le está echando azúcar a dicho jugo. Me acerco, lo abrazo por la espalda; me ignora. Detiene la máquina, mete la cuchara al envase de vidrio y me lo acerca.
¿Está bien?
Sí.
Lo prueba y está conforme. Con el vaso de la licuadora se dirige a la cocina, me dice que me espera en su habitación, me dirijo a ese lugar sin antes despedirme con una sonrisa al niño de la foto.
ME DIJO QUE SOY UNA NIÑA
Me dijo que soy una niña
lo mando a la mierda
exploto
exploto
exploto
me dio miedo
por niñerías gritas
controla tu ira;
no puedo
Me dijo que soy una niña
lo mando a la mierda
la gente te tratará mal;
el que me gusta me mira mal
tonta
tonta
tonta
tonta niña tonta
Me dijo que soy una niña
amable con quien quiera
odiosa con quien se lo merece
soy una niña que juega a ser Dios
un Dios egocéntrico
un Dios injusto
un Dios Judío
Me dijo que soy una niña
pequeña
pequeña
pequeña
"niño alfabeto", tienes la razón
tienes la razón
tienes la razón
caprichosa soy
berrinchuda soy
infantil soy
y me gusta ser así
Me dijo que soy una niña
una niña lista
una niña floja
una niña bachiller
una niña con miedo a crecer
lo mando a la mierda
exploto
exploto
exploto
me dio miedo
por niñerías gritas
controla tu ira;
no puedo
Me dijo que soy una niña
lo mando a la mierda
la gente te tratará mal;
el que me gusta me mira mal
tonta
tonta
tonta
tonta niña tonta
Me dijo que soy una niña
amable con quien quiera
odiosa con quien se lo merece
soy una niña que juega a ser Dios
un Dios egocéntrico
un Dios injusto
un Dios Judío
Me dijo que soy una niña
pequeña
pequeña
pequeña
"niño alfabeto", tienes la razón
tienes la razón
tienes la razón
caprichosa soy
berrinchuda soy
infantil soy
y me gusta ser así
Me dijo que soy una niña
una niña lista
una niña floja
una niña bachiller
una niña con miedo a crecer
Etiquetas:
Desesperación,
Infancia,
Poesía
sábado, 24 de febrero de 2018
MADRE PARCA
Madre parca
madre muerte:
con tu hoz me clavas cruelmente
con tu voz me comes el alma
tu presencia me mata.
madre muerte:
con tu hoz me clavas cruelmente
con tu voz me comes el alma
tu presencia me mata.
Madre parca
madre muerte:
ya me mataste
me mataste
me mataste
mataste a tu hija bendita,
a tu virgen María:
a tu carne maldita.
madre muerte:
ya me mataste
me mataste
me mataste
mataste a tu hija bendita,
a tu virgen María:
a tu carne maldita.
Madre parca
madre muerte:
ya no siento nada
José no me hace sentir nada;
ya no tengo espíritu
madre parca,
ya no hay placer
madre muerte;
¡te llevaste mi alma,
madre parca!
¡Te llevaste mi yo,
madre muerte!
Ahora mi marido solo siente.
madre muerte:
ya no siento nada
José no me hace sentir nada;
ya no tengo espíritu
madre parca,
ya no hay placer
madre muerte;
¡te llevaste mi alma,
madre parca!
¡Te llevaste mi yo,
madre muerte!
Ahora mi marido solo siente.
Madre parca
madre muerte:
ya no siento nada
ya no hay placer.
Solo soy un envase
madre parca;
un envase para José
madre muerte:
un envase inerte.
madre muerte:
ya no siento nada
ya no hay placer.
Solo soy un envase
madre parca;
un envase para José
madre muerte:
un envase inerte.
Madre parca
madre muerte:
lo lograste
ya no tengo alma
ya no tengo deseo
ya no tengo sexo.
madre muerte:
lo lograste
ya no tengo alma
ya no tengo deseo
ya no tengo sexo.
MÁS SOBRE MÍ
Internet es testigo de este blog donde intento y publico los relatos, cuentos e intentos de poesía que he escrito desde los 15 años, con temáticas comunes como el amor, el erotismo y la exploración de la sexualidad, y la soledad que se reflejarán en cada post. Así como publicaciones de intereses propios ya sean de música, cine, televisión, entre otros placeres.
Así empiezo este nuevo viaje y todos son bienvenidos.
MICRORRELATOS
WHATSAPP
10:45 pm: Para ti seré más
romántico
10:50 pm: No quiero tu
romanticismo; quiero que me destroces la vagina
Escribiendo…
NO ME
QUIERO BAJAR
Me gusta estar aquí, a tu lado, en
este cuarto de 35 soles.
CAPRICHO
- Quiero café – le dije, con el
cuerpo temblando, después de hacer el amor.
YA NO ERES MI PRÍNCIPE
Lo volví a ver: arete en la oreja derecha, peinado de
reggaetonero, ropa de choro y futbolista.
Ya no es aquel amor de infancia.
INVIERNO
Camino bajo el cielo triste invernal limeño y recuerdo tus
palabras: “Yo soy el invierno”. Sí, Angel, eres el invierno: frío y
melancólico. Por eso me sigues gustando.
DULCE
Canto en inglés como una loca mientras te ríes y me dices que
estoy loca.
Esos placeres pequeños no los cambiaría por nada.
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